En los Juegos Olímpicos de París 2024, los aficionados pueden probar un nuevo sistema de inteligencia artificial (IA) diseñado para identificar a futuros campeones olímpicos. Desarrollado por Intel, este sistema utiliza visión por computadora y datos históricos para evaluar habilidades como fuerza, agilidad y tiempo de reacción a través de pruebas físicas que incluyen correr y saltar. Los datos recopilados se comparan con los de atletas profesionales, recomendando deportes en los que los participantes podrían destacar.
Uno de los aspectos más innovadores es la portabilidad de la tecnología. Con solo una cámara básica en un dispositivo móvil, el sistema puede llevar la ciencia deportiva avanzada a lugares remotos. Un ejemplo es Senegal, donde el Comité Olímpico Internacional utilizó la IA para evaluar a más de 1,000 niños en cinco aldeas, identificando a 48 con gran potencial y uno con talento excepcional.
Sarah Vickers, directora del Programa Olímpico y Paralímpico de Intel, destaca la accesibilidad que ofrece esta tecnología. Al eliminar la necesidad de sensores físicos, la IA permite evaluar a atletas potenciales en cualquier parte del mundo, lo que democratiza el acceso a programas de desarrollo deportivo.
Sin embargo, hay límites. El profesor John Brewer advierte que un sistema básico puede no ser suficiente para deportes que requieren habilidades técnicas o gran capacidad aeróbica, como el fútbol o el maratón. A pesar de ello, considera que la IA es útil para una evaluación inicial, especialmente en áreas con acceso limitado a métodos de evaluación avanzados.
En París, Tacto, un niño de siete años, fue identificado como un posible velocista tras completar las pruebas, aunque prefiere el fútbol y el tenis. Por otro lado, Hank y Brock, exatletas universitarios, probaron el sistema por diversión y fueron sorprendidos por los resultados: Hank fue recomendado para el rugby y Brock para el baloncesto, a pesar de nunca haberlo jugado seriamente.
Aunque la IA ofrece una herramienta poderosa para descubrir talentos, aún tiene limitaciones. No obstante, la posibilidad de llevar la evaluación deportiva a rincones lejanos del mundo es un avance significativo hacia la inclusión y el desarrollo de atletas en todo el planeta.
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