Hoy en día vivimos tiempos difíciles, nuestra supervivencia se ve acechada por un virus mortal denominado “COVID-19”, el cual nos obliga a cambiar nuestra forma de vivir y acostumbrarnos a nuevos hábitos y estilos de vida; en donde mantener el distanciamiento social hace la diferencia. En este contexto, nos damos cuenta de la importancia que tienen las redes, servicios de tecnología de información y las innovaciones tecnológicas en las comunicaciones que nos permiten afrontar esta pandemia y las enseñanzas que nos dejara para el mañana.
Alvin Tofler (1979) en su libro “La tercera Ola”, advertía que la revolución informática golpearía con todo su impacto en el curso de nuestras vidas. En unos de sus capítulos menciona el trabajo a domicilio y explica: “una cantidad no medida, pero apreciable, de trabajo, está siendo ya realizado en sus propias casas por personas tales como vendedores que trabajan por teléfono, ingenieros y diseñadores, trabajadores de servicios humanos (terapeutas o psicólogos), profesores de música y de idiomas, marchands de objetos de arte, consejeros de inversiones, agentes de seguros, investigadores académicos y muchas otras categorías de empleados, técnicos y profesionales”.
Hoy en día el teletrabajo o trabajo a distancia por medio de la telecomunicaciones, se define como el desempeño de una labor en un lugar diferente o alejado del centro de trabajo habitual, las oficinas o las áreas de producción de una empresa a donde los trabajadores se tienen que trasladar cotidianamente, es una necesidad que cada vez se hace menos necesario en estos tiempos. Si bien todavía no todo el trabajo de una empresa podría ser hecho por los trabajadores desde sus casas (teletrabajo), existen muchas tareas que sí podrían ser ejecutadas sin la necesidad de la presencia física del trabajador en sus puestos y que podrían ser realizadas a distancia, utilizando las tecnologías de información y comunicación (en adelante “Tics”).
El viejo concepto de un trabajo con un solo horario y una descripción formal del trabajo, que data de la Revolución Industrial y la característica principal de la Era Industrial, está siendo sustituido por un nuevo concepto de trabajo que caracteriza la era digital. Las empresas con futuro empiezan a renovarse, adoptando esta nueva manera flexible, digitalizada y diferida de trabajar, lo que supone una transformación a muchos niveles. En paralelo se incrementa el número de profesionales ligados al conocimiento, que solo necesitan contar con un dispositivo móvil y una conexión wifi para poder llevar a cabo su labor, sin necesidad de estar atados a un espacio físico. El trabajo a tiempo parcial, el trabajo a distancia y el trabajo virtual constituyen estas nuevas formas de actividad humana. Ahora, tenemos que acostumbrarnos a trabajar como se define en la era digital.
El número de personas que trabajan en diferido ha aumentado de manera exponencial, así como el trabajo virtual en equipos dispersos está aumentando de forma igualmente significativa. Una tendencia que corroboran los últimos estudios. La encuesta “Fuerza Laboral” realizada por Oxford Economics (2020) afirma que el 83% de los directivos planean incrementar el uso de consultores o empleados intermitentes o trabajadores contingentes, en los próximos tres años. Es decir, además de la intención de digitalizar y fomentar el trabajo virtual dentro de la propia compañía (con los empleados fijos), aumenta la contratación por proyectos con colaboradores externos, que ya trabajan y operan virtualmente. Por ejemplo, actualmente empresas como Telefónica, Repsol y otras en el mundo vienen trabajando de forma remota. Tanto interna como externamente, el talento (nuevo capital) fluye y viaja a través de la red, haciendo que la gestión y obtención de resultados sea más ágil, operativa, flexible, social, global y sin fronteras.
Por tal motivo, el teletrabajo en la industria de la construcción requiere nuevas formas de e-dirección, de establecer parámetros de productividad (desempeño) y nuevas formas de evaluación del talento humano. Es claro que las actividades realizadas por los obreros seguirán siendo presenciales; sin embargo, en cuanto al proceso de diseño y construcción donde se ven involucrados ingenieros y arquitectos de un proyecto podría aplicarse el teletrabajo, donde se pueden implementar nuevas tecnologías como el escaneo láser o integración BIM.
Al usar modelos BIM, se evalúa la constructibilidad de un diseño al mismo tiempo que se diseña. El trabajo en equipo combina herramientas como Revit y Navisworks, en donde los usuarios pueden combinar y revisar modelos tridimensionales que permiten identificar las interferencias en el desarrollo de la ingeniería de diseño y con modelos BIM poder realizar simulaciones de ejecución de obra a fin de identificar problemas de tiempos, espacios y otros, importantes para la ejecución del proyecto. A través de técnicas de realidad virtual, drones y modelos digitales 3D es posible reproducir la integración de un proyecto para poder hacer el seguimiento durante la etapa de la construcción aplicando metodologías mediante un control de avance real diario que nos permiten mejorar la productividad.
Finalmente, el resultado de esta tecnología refiere a que no solo están siendo capaces de acortar los tiempos de Diseño y Construcción, sino que también se han convertido en procesos más sólidos, productivos y competitivos que se deben implementar en estos tiempos. El futuro es hoy, y debemos estar listos.
Fuente: Fernando Quevedo Zavala – IUS 360
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